Texto Argumentativo.
Dirigir un club JA requiere de cierto tipo de habilidades administrativas. A medida que el club va creciendo surgen nuevos retos a la hora de presentar un programa, dominio o diseño de estrategias. A medida que el tiempo transcurre muchas cosas van cambiando y al mismo tiempo las experiencias vividas se recogen para formar un acerbo capaz de ayudar a sobrellevar los impases que van surgiendo en el camino.
Las generaciones han cambiado también, esto se evidencia en que la manera como se administraba un club hace 20 años es muy diferente a la que se daba hace 10 años, y hoy por hoy, las nuevas generaciones de jóvenes tienen otros enfoques que parecen ser de otro contexto al compáralas con las anteriores. El hecho de llevar unos cuantos años en este ministerio me ha permitido ver la transformación que se ha dado a lo largo de los años en el departamento MV, o mejor, en los clubes JA. Los intereses y motivaciones son aspectos a considerar hoy en día, no puede un club funcionar bajos los mismos estándares de antaño. Pensar en que el éxito de atrás puede verse nuevamente en un club, no radica en su metodología ortodoxa, por el contrario está en lograr acercarse a la juventud es de sus necesidades básicas, su realidad y su contexto.
Por otra parte la disciplina también ha jugado un crucial papel en la administración de un club. La anterior forma de percibir el mundo a evolucionado y hoy los chicos no responden a estímulos de autoridad y disciplina militar que tarde que temprano hará desertar a los soldados de Jesús. La sierva el Señor afirma que es necesario conmover las fibras del corazón con amor y simpatía, de esta manera cualquier corazón puede ser enternecido. Jesús nos dio el ejemplo divino, y en ocasiones la rudeza no generará cambio alguno en los jóvenes, por el contrario puede desembocar en rebeldía.
Puede que existan materiales sobre nuevas modalidades, sin embargo las nuevas modalidades van a la vanguardia de lo que el mundo hace. Optimizar el tiempo delegar responsabilidades, reconocer a los demás y valorar sus virtudes, aprender de los fracasos, ordenas, planear, mantener buenas relaciones, entre otras cosas. Pero nuestro modelo es bíblico, Allí están las mejores lecciones y modalidades de administración. Busquemos la verdadera fuente.
Administrar un club requiere de paciencia, orden, planeación y muchos otros detalles que puedan existir, sin embargo he evidenciado que nuestro trabajo es el que desarrolla el Espíritu e cada uno de nosotros, cuando un director se reduce al cambio del Consolador, el Señor puede llevarnos a puerto seguro en el direccionamiento de cualquier club o cosa que haya que hacer. Maranatha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario